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A través de las cortinas en la mañana huía la mirada
por los pliegues de las persianas en movimiento por el viento
buscando por si acaso la voz de algún ángel blanco;
las chispas que permanezcan en lo más bajo de mi alma,
tu recuerdo recite en colinas prohibidas los poemas que pisas
y que hoy son la materia prima de mis fábricas
sin corazón sin alma a través de este abril sin manchas
tenue en su venganza.

La mano de la traición rompe las pocas esperanzas
en la piel noble que acaricias sin caso a mis espaldas
pero se doblen mis rodillas bajo este ocaso enorme
para que en el baile de tu cintura si acaso oren
mis oraciones pobres en salsa y en tambores
bajo la capa de un mar de ilusiones
sin agua sin tiburones que aplaquen
¡mis besos rojos ya no más te robes!
pero en tu piel he quedado plantado como un roble
en un huerto en un jardín muerto sin rosa alguna
encerrado y sin llaves mil años dando vueltas
cayendo como una blanca pluma
sin nadie que ánimo cobre hasta que pase esta luna
aquí afuera hasta la una.

Suenan las pisadas por el valle vacío
los sueños flotan en envidia se alejan inútiles
un paraíso oscuro un valle helénico de noche fría
el amor y los riñones limpien de mi sonrisa el herrumbre
por las llamas dichas y los dichos en llamas
por las escenas gratas y las ingratas obras
para que nazca de nuevo el amor y las facturas
pero esta vez…esta vez ya no surga en ataduras
y ya no vean más mis ojos un reflejo de amor a través de ti
soy esclavo y escudero
un cuadro viejo en la pared del centro
¡ya no vean más mis ojos!